Sismicidad inducida

22-02-2023 | Publicado por Joaquín Martí

Sismicidad inducida

El origen más común de los terremotos es el deslizamiento de un bloque de corteza terrestre con respecto a otro, siendo este conjunto lo que suele denominarse falla. La ocurrencia o no de este movimiento relativo, y la forma y velocidad con que se produce, dependen de las fuerzas normales y tangenciales en la superficie de la falla, el estado tensional en su entorno y las propiedades mecánicas del terreno, en particular el coeficiente equivalente de fricción. 

Diversas acciones humanas pueden alterar el estado tensional en la corteza terrestre y con ello modificar la actividad sísmica natural, lo que se conoce como sismicidad inducida.

Las acciones suelen estar asociadas a actividades como:

  • Operaciones de superficie, en particular la incorporación o eliminación de masas importantes, como al llenar/vaciar embalses y balsas de estériles.
  • Extracciones desde la superficie, por explotaciones mineras, extracción de agua, aprovechamientos geotérmicos y extracción de hidrocarburos.
  • Inyecciones de fluidos desde la superficie, por recuperación secundaria de petróleo, aprovechamientos geotérmicos, fracturación hidráulica y almacenamiento de gas.
  • Explosiones de gran tamaño, como las nucleares y las químicas de potencia elevada.

No existe un patrón certero para predecir la actividad sísmica en un emplazamiento y resulta aún más compleja la tarea de discriminar entre sismicidad natural e inducida.Suele al menos diferenciarse entre sismicidad natural, inducida y la que podríamos llamar “activada” (triggered seismicity).

Se consideran inducidos los terremotos en que la mayor parte de la tensión liberada durante el sismo se acumuló por la acción humana. Por el contrario, en la sismicidad activada, la mayor parte de la tensión liberada tenía origen tectónico; la acción humana sólo contribuyó una proporción pequeña de la tensión que, al sumarse a la acumulada de forma natural, activó el terremoto. Es decir, el efecto de la acción humana esencialmente fue modificar el momento en que se liberó la tensión previamente acumulada.

Pueden también distinguirse dos tipos de sismicidad antropogénica. En el primero se espera que la sismicidad inducida tenga lugar durante el propio proceso, como es el caso de la fracturación hidráulica, y por ello es frecuente que se ausculte. Esa contemporaneidad no suele darse en el segundo tipo, que es lo que ocurre por ejemplo en la producción de hidrocarburos.

Aparte de un elevado número de estudios de sismicidad natural, distribuidos por todo el mundo, Principia ha llevado también a cabo, aunque en menor número, estudios de la sismicidad potencialmente inducida por actividades humanas. Estos estudios han incluido revisiones de la bibliografía técnica existente y han estado principalmente relacionados con la explotación de hidrocarburos.

Los sinsabores asociados al ya abandonado Proyecto Castor, para almacenamiento subterráneo de gas natural bajo el fondo marino, subrayan la relevancia que en ciertos proyectos puede cobrar la sismicidad inducida.