Principia investigó para la propiedad el fallo de la balsa de estériles de la mina de Aznalcóllar, estableciendo que el fallo se debió a que los proyectos no habían tenido en cuenta la lentitud de la consolidación de las arcillas azules y la fragilidad de su comportamiento.
La simulación detallada del accidente fue especialmente compleja en este caso. Fue necesario realizar cálculos acoplados, empleando tensiones efectivas en el terreno, a lo largo de todo el período de construcción, así como representar explícitamente el reblandecimiento que experimenta la respuesta de las margas. Adicionalmente, el fallo desencadenó la licuefacción de los estériles y una súbita aceleración del proceso: la presa se desplazó decenas de metros a lo largo de cientos de metros de su longitud.
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