Los productos de alta tecnología han provocado un cambio de las reglas de juego desembocando en nuevos hábitos de comportamiento de la población mundial cada vez más globalizada. Desde la electrónica de consumo a los complejos sistemas de control y telecomunicaciones, los nuevos productos dan respuesta a las exigencias de este nuevo modo de vida global.
La innovación en la industria de la alta tecnología se caracteriza por su ritmo frenético, la competencia y la complejidad crecientes. El Internet de las Cosas (IoT) está generando el Internet de las Experiencias, donde se alumbran aplicaciones transversales y modelos de negocio que, más allá de los meros productos físicos, incluyen software, inteligencia basada en análisis de «Big Data», redes conectadas y ecosistemas de contenidos. Ello requiere replantearse los procesos de negocio tradicionales para seguir siendo competitivo y dará paso a nuevos modelos hasta ahora impensables.