01-04-2020 | Publicado por Joaquín Martí
Es de sobra conocido que el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) es un tipo de coronavirus causante de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Quizá haya unos pocos que no puedan poner en orden todas las siglas, pero desde luego son muchos menos los que no han oído hablar de él.
Dudo que exista en la historia una persona, producto, evento, etc. que haya logrado extender su fama con la rapidez y universalidad de éste. En el ranking de la infamia, merece puesto de honor. En tres meses ha pasado de la total inexistencia a la notoriedad mundial, y qué notoriedad…
Como si fueran pocos los retos a los que el consultor se enfrenta en la vida normal, ahora también tenemos que hacer frente a los asociados al virus, con el cierre de las oficinas, cancelando cursos y reuniones de usuarios, trabajando desde casa, reuniéndonos en remoto, tratado de proporcionar a nuestros clientes los servicios que necesitan, a veces con urgencia, mientras ellos mismos tratan de sobrevivir en condiciones similares a las nuestras.
A veces presumimos jocosamente con nuestros clientes diciendo que los encargos difíciles los resolvemos de inmediato, los imposibles nos llevan algo más de tiempo. Desgraciadamente esto no es aplicable a hacer pruebas del virus, curarlo o encontrar una vacuna. De otro modo ya habríamos echado manos a la obra.
Y las calamidades acaecidas sobre nuestra actividad profesional palidecen en comparación con las que sufren los millares de afectados personalmente por el virus. En estos momentos difíciles, queremos asegurar a todos ellos que nuestros pensamientos están con cada uno de ellos y sus familias, deseándoles una pronta y total recuperación, confiando que pronto todo esto pase a ser una pesadilla del pasado. Mientras tanto, si hay algo que podamos hacer para aliviar su situación, sólo tiene que decírnoslo para que nos pongamos en marcha.
No queremos terminar este post sin expresar nuestra gratitud a todos los que se están arriesgando por nuestra seguridad. Ya les aplaudimos cada tarde a las 8, pero queremos añadir aquí nuestro reconocimiento escrito. Churchill lo resumió al decir: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”.