12-12-2019 | Publicado por Principia
Nuestros archivos atesoran un corcho de botella de champagne con unas pocas iniciales y una fecha: 12 diciembre 1979. La botella se abrió con ocasión de la firma, en el despacho jurídico de Freshfields en Londres, de las escrituras requeridas para comenzar la actividad de Principia. La empresa, inicialmente basada en Londres, opera desde Madrid desde 1984, dedicada a la consultoría en mecánica computacional y a la venta, formación y soporte de productos de software.
En nuestra actividad consultora – en cuatro décadas hemos escrito más de 1500 ofertas -, hemos llevado a cabo más de 700 proyectos y estudios y publicado más de 200 artículos técnicos en revistas y congresos. Nuestra actividad abarca un amplio espectro de sectores industriales, centrándose en la mecánica estructural y de fluidos, con especial dedicación a los problemas dinámicos, no lineales y otros casos complejos.
En el área del software, inicialmente no teníamos otra opción que desarrollar nuestros propios códigos de dinámica no lineal (PR2D y PR3D), pero a partir de 1988 nos asociamos con lo que entonces era HKS, luego Abaqus y finalmente fue absorbido por Dassault Systèmes. Actualmente somos un Socio Platino de Dassault Systèmes, activos no sólo en relación con Abaqus, sino también con todos los productos SIMULIA, CATIA y la nueva Plataforma 3DEXPERIENCE. A lo largo de este período, hemos organizado 22 conferencias de usuarios y asistido a muchas más, impartido más de 300 cursos de formación y atendido más de 3000 consultas de soporte.
Encontramos una excelente sinergia entre la actividad consultora y la relativa al software. Los análisis que realizamos como consultores nos capacitan para guiar, formar y dar soporte a nuestros clientes de software. Recíprocamente, tener que resolver los problemas planteados por nuestros clientes de software mejora enormemente nuestro potencial para hacer frente a nuevos encargos de consultoría.
Nuestro trabajo, tanto en el área de consultoría como en la de software, es realmente fascinante. Como son los clientes quienes formulan los objetivos, cada proyecto es un nuevo reto, a menudo inesperado, al que debemos hacer frente con nuestro saber hacer, herramientas y experiencia. El único fin que perseguimos es la completa satisfacción del cliente, que vino confiando en nuestras capacidades y que, si tenemos éxito, extenderá nuestra reputación y volverá la próxima vez que tenga un problema. Eso por no hablar de la satisfacción que todos sentimos al salir airosos de un reto exigente.
Estamos deseosos de vivir los próximos 40 años… de momento.